El destino que se comunica con tu alma
y le susurra su posible llegada triunfal, sin fisuras,
al ombligo del mundo.
Le deja que se impregne del único reto real
que te puede llevar al principio y al fin
de ti mismo.
Tú, siendo la fisura cuyo doble es la sin-fisura,
tú, siendo tiempo multiplicado cuyo doble
es el punto sin espacio.
Disfruta todos los dobles, vívelos a la vez
y en el mismo lugar… y el éxtasis nunca se irá,
será permanente y a la vez venidero,
un punto con expansión y en implosión
que se autogenera y cumple su único destino.
Me parece que hablas de algo muy profundo, del viaje al centro, tras pasar y conquistar las dualidades inevitables de la vida de cualquier ser humano. Si desechamos la una desechamos la otra.
Una visión profunda de la unidad que precede a la conquista de lo Uno, enmascarado en lo dual, efímero y transitorio.
Un abrazo, y gracias por tu poética reflexión tan profunda y trascendente para un buscador de la armonía.
Hay que vivirlo y disfrutarlo todo, CARMEN. Me alegro de volverte a leer y de encontrar un post tan filosófic. Un beso y hasta pronto. JORDICINE