Una de las diferencias entre una persona equilibrada y otra que no lo esté es que la persona equilibrada tiene modulados sus actos de forma óptima mediante diversas emociones que limitan sus actuaciones, por lo tanto cuando se da cuenta que una conducta hace más mal que bien la inhibe y busca otras soluciones. Un persona con una destructuración en su personalidad no se perturba si todo anda mal, prosigue su conducta para abastecer a su propio sistema, sin tener en cuenta que el medio social en el que vive también es su sistema.
Es lo que suele hacer una corporación, abastece al sistema propio a costa del foráneo, sin importarle el destino de este.
Se vuelve más rico, no porque consuma los mismos recursos de forma más eficiente, y por lo tanto les saque más rendimiento que sería la verdadera descripción de riqueza... si se vuelve más rico es porque se adueña de más recursos ya sea apropiándoselos o manipulándolos. Y en este caso la aparente riqueza que se genera es mediante el expolio.
Si hubiera un deseo claro de trazar la linea del bien:
- Consumir poco y ser muy eficientes en la manipulación de ese poco para que nos de el máximo de disfrute y bienestar.
Y el mal:
- Perder la empatía hacia lo que nos rodea.
Se podría generar un esfuerzo para reorganizar el mundo.
Pero me temo que el problema sea que no tenemos herramientas para discernir entre el bien y el mal, sea por falta de estructura en nuestra personalidad o por una gran impotencia.
Es lo que suele hacer una corporación, abastece al sistema propio a costa del foráneo, sin importarle el destino de este.
Se vuelve más rico, no porque consuma los mismos recursos de forma más eficiente, y por lo tanto les saque más rendimiento que sería la verdadera descripción de riqueza... si se vuelve más rico es porque se adueña de más recursos ya sea apropiándoselos o manipulándolos. Y en este caso la aparente riqueza que se genera es mediante el expolio.
Si hubiera un deseo claro de trazar la linea del bien:
- Consumir poco y ser muy eficientes en la manipulación de ese poco para que nos de el máximo de disfrute y bienestar.
Y el mal:
- Perder la empatía hacia lo que nos rodea.
Se podría generar un esfuerzo para reorganizar el mundo.
Pero me temo que el problema sea que no tenemos herramientas para discernir entre el bien y el mal, sea por falta de estructura en nuestra personalidad o por una gran impotencia.