A más movimiento (cambio y regeneración) de una estructura: más mente.
Si la estructura se hace rígida pierde vitalidad hasta el momento en que pierde totalmente la mente y muere.
Para regenerarte debes morir antes de perder la mente, cambiar, evolucionar a otra cosa… destruir cualquier rigidez que se halle solidificada y latente.
Que la estructura siempre caiga antes que la mente, para que así la mente se libere y pueda buscar y construir otras estructuras, si la tenemos enquistada durante demasiado tiempo en una solidificación se desgasta y vuelve poco a poco a un punto cero, demasiado yin para cumplir sin dramatismo su camino.
El dramatismo del vacío y de la oscuridad por la que atraviesa en su muerte mental la estructura que se hizo rígida se convierte en una sensación de muerte real para la mente que deja de ocupar su lugar vital y eterno hasta que el flujo natural le lleva a otro estado, entonces descubre que si hay estructura hay mente y que este juego es totalmente armónico y no dramático.
La diferencia de la estructura que se regenera ella es que no pasa por el túnel yin (oscuridad y muerte) ni se encuentra de pronto con la salvación yang (luz divina), sino que se esfuerza y se recompensa por su propia vitalidad, su “siempre” es real y su “constante cambio” también.
Si la estructura se hace rígida pierde vitalidad hasta el momento en que pierde totalmente la mente y muere.
Para regenerarte debes morir antes de perder la mente, cambiar, evolucionar a otra cosa… destruir cualquier rigidez que se halle solidificada y latente.
Que la estructura siempre caiga antes que la mente, para que así la mente se libere y pueda buscar y construir otras estructuras, si la tenemos enquistada durante demasiado tiempo en una solidificación se desgasta y vuelve poco a poco a un punto cero, demasiado yin para cumplir sin dramatismo su camino.
El dramatismo del vacío y de la oscuridad por la que atraviesa en su muerte mental la estructura que se hizo rígida se convierte en una sensación de muerte real para la mente que deja de ocupar su lugar vital y eterno hasta que el flujo natural le lleva a otro estado, entonces descubre que si hay estructura hay mente y que este juego es totalmente armónico y no dramático.
La diferencia de la estructura que se regenera ella es que no pasa por el túnel yin (oscuridad y muerte) ni se encuentra de pronto con la salvación yang (luz divina), sino que se esfuerza y se recompensa por su propia vitalidad, su “siempre” es real y su “constante cambio” también.
Pues ya soy un poco más listo que ayer, que tampoco era difícil. Un beso, CARMEN.
Tu blog es un espacio de luz que invita a la reflexión y nunca deja indiferente.
La regeneración es la vida, la pasividad es la muerte. En estos tiempos que habitamos nos dejamos morir de desidia por temor al cambio, a esa muerte natural y cíclica que citas cuyo fruto es el enriquecimiento del espíritu. No sé que terrible mal nos afecta.
Un abrazo
Hola Carmen! Siempre es una alegría saber de ti. Los cambios que le hiciste a Lin Yutang van muy bien con esta entrada de "mente y estructura". Cuando dices que soñar con ser otra cosa no es sino soñar con nosotros mismos, te refieres a morir para cambiar,a soñar un yo más evolucionado?
Bandini
Hola Bandini!!! :D
Cuando caminamos, agarramos el pie en el suelo mientras el otro confiadamente se suelta y queda en el aire, ese es el ritmo... sin ese agarre (que sería la personalidad, el deseo, el yo...) y sin ese soltar (que sería la disolución) no hay camino. No somos un solo paso, somos un ritmo. Cuando soñamos con algo más simplemente vislumbramos el ritmo, y creemos que eso llegará, pero no llegará: YA ESTÁ, lo único que ocurre que como andamos centrados en nuestro tarea de agarrar o soltar creemos que ANDAR es algo mejor que llegará, o algo superior a nosotros... y no, es algo que ya estamos en ello, en todo momento. El que alguien en su andar esté alcanzando la colina no significa nada en términos evolutivos, porque puede ocurrir que ande por ahí arriba y de lo del ritmo no haya captado ni jota.
:D Un beso muy, muy rítmico
Querida Carmen,
la imagen del andar (hay que perder la estabilidad para volverla a ganar) la he escuchado frecuentemente de mis maestros. Es una analogía exacta y genial.
Solve et coagula, según los alquimistas.
La muerte de lo rígido en aras del nacimiento de lo nuevo se me asemeja a la opus nigrum, la muerte de lo viejo previa al nacimiento de lo nuevo, la única manera de progresar en la vía de la evolución interior.
Pensar en los procesos internos de una manera lineal es una idea falsa impuesta por el materialismo. Nada progresa de esa manera en la naturaleza, en la que todo es cíclico. Quizá la forma espiral sea la más idónea para representar esto.
¿Alguien se pregunta todavía sobre el origen del alzheimer, la muerte en vida ¿? de la mente?