Lo peor del día
es la sobreabundancia de luz
y la desmemoria de lo soñado.
En plena vigilia
todo cuerpo es lo que resta
del hechizo que terminó,
sueños que la mente reserva...
La cura viene
pasada la tarde,
en la penumbra,
se recuerdan las promesas
y el velo se descorre...
la falta de luz en vez de esconder
muestra.
Pues prefiero las luces a las sombras. Yo a las seis de la tarde estoy KO. Es lo que tiene haberse llevantado 11 horas antes. Un beso.
Leí una vez un pensamiento de K. Gibrán. Decía así:
"El hombre duerme a la plena luz del sol, y está despierto en la oscuridad."
Y, como dijo Jesús,"quien quiera entender, que entienda".
Un abrazo.
La verdad JORDI es que la mitad de tu jornada la haces de noche... así que tampoco eres tan diurno... :D
ABRAXAS me gusta esa frase... cuando hay muchos estímulos que nos roban nuestra atención lo que somos se desvanece... es más fácil ir hacia el fondo cuando nada nos atrapa.
Un gran abrazo!!!
A mí me gustan las mañanas. Pero las mañanas de las 10, no las mañanas de las 6. Ésa es una hora infame.
:)
Un abrazo, Carmen.
GILDA las 6 es una hora para irse a dormir si eres un noctámbulo y para dormir un poquito más si eres un madrugador...
:)
¡cierra esas cortinas!!! Fdo. El conde Drácula...
Besos y bocados
José Manuel aquí una vampira esperando a un vampiro guapo... ;) buenas mordiditas!!!
Es cierto. La luz conlleva la actividad cotidiana que distrae nuestra atención de quienes somos realmente, de lo que somos capaces de hacer y de la inspiración que, en los momentos de silencio y calma llegaría para solucionar muchos de los problemas que nos afligen.
Teresa.
Me alegro Teresa de que te guste, la verdad es que se necesita tanto el día como la noche, pero como al día (el yang) se le da tanto prestigio.. por eso yo quiero reinvidicar la noche (el yin)... porque esta sociedad es demasiado yang... ;) y necesitamos un poco de yin... un poco de silencio, meditación y creatividad, frenando la expansión sin límites.