Me he despertado hoy
sospechándote innato,
y apoderándome de tu influjo,
para sostenerme una vez más.
Porque en tus besos
existen mis mil identidades,
desde el comienzo
en que, alguien, me dejó ser.
Te adoro, lo sabes, y lo utilizas
para recoger la piel
que se me desprende cada día,
y tejer con ella tu sombra.
Allí amanezco cada mañana
y me regenero por ti,
para esperarte sin fin,
con la esperanza de que sigas.
Que hermoso regenerarse por el ser amedo.Hola, que hermoso este post, tu blog como siempre tan gentil de emociones, comparto siempre tus entradas, esta es muy especial.Hoy te visito desde Cuentos y Orquideas y quiero invitarte a leer un nuevo cuento llamado Rey Y Mendigo, espero que te guste.
Mucha luz y hasta pronto.
¡Qué alegría leerte de nuevo!
Te había eliminado de mi lista de lecturas y me apareces en la de suscripciones. Pensé que era una pausa indefinida ;-)
Besos, Carmen.
Es bueno eso de regenerarse. Por cierto, no tardes tanto tiempo en contarnos cocas, CARMEN. Un beso y me alegro de volverte a leer.