La empresa donde nadie es verdaderamente un parado


Escrito por Carmen

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Imaginemos una empresa cuyo logo es "Yo soy la realidad" y que ha copiado ciertas ideas de una empresa más antigua (La Iglesia) tales como que todo recién nacido es un empleado nuestro (un hijo de Dios) pero para ser legitimado tiene que inscribirse en la empresa (bautizo) y anunciarnos cualquier cambio importante en su vida para darle validez y realidad, como es la entrada en la pubertad (comunión), la vida en pareja (matrimonio), la llegada de los hijos (nuevos bautizos) y la muerte (no recuerdo como se llama ésta)...

Todos los empleados son ubicados en una jerarquía piramidal, cuanto más abajo de la pirámide más ancho es el espacio y más gente puede ocuparlo, además está dividida en secciones no explícitas en las que hay movilidad en su interior, dando la sensación que la movilidad se puede dar en toda la área de la pirámide. Todos, como hemos dicho, por el simple hecho de haber nacido son empleados (hijos de Dios) aunque para mantener a la gente motivada y que trague con cualquier cosa se les dice que los ubicados en la parte más inferior de la pirámide están desempleados, cuando de lo que se trata es de puro mobbing: aunque haya trabajo y beneficios no se les da.

En esta empresa son llamados recursos a todos sus elementos, haciendo pequeños ghettos para salvaguardar cierta energía necesaria para que el ciclo vital prosiga y con ello las materias primas y la fuerza de trabajo: zonas forestales, fuentes, ocio para los seres humanos, zonas para los animales...

Esos ghettos cada vez son menos espaciosos ante la necesidad de la empresa de más y más recursos, necesarios para el llamado progreso, o sea, la acumulación de juguetes inútiles que se construyen a través de la depredación exhaustiva de la naturaleza, los animales y los seres humanos...

Esa es la verdadera crisis.

La otra, la que se genera dentro de la pirámide, sólo es algo ficticio que se hace llamar "Yo soy la realidad".

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